Estoy en Lonavla, un pueblo esculpido en las montañas de la India, lleno de tesoros naturales y de una gente profunda, amable, autóctona, y le pregunto a 2 jóvenes de 12vo grado de colegio “¿qué tiene de especial Lonavla?” Su respuesta me sorprende – y no me sorprende: “McDonalds y KFC”.
En alguna época de mi vida, pensaba que el que una ciudad tuviera un McDonald´s era un signo de desarrollo, de progreso. Veía con admiración esos modelos foráneos – tan bien puestos, tan organizados, tan claros, tan predecibles, tan limpios, tan confiables, tan sistémicos, tan perfectos. De hecho, perseguí a McDonald´s durante dos años, mandándoles un fax cada semana, enamorando a la secretaria, usando todo mi poder de seducción y mi estrategia de contagio para lograr ser escogido como el líder del equipo que fundó McDonald´s en Colombia.
Fueron unos años de mucha energía, trabajo y compromiso… y de mucho logro. Abrimos 10 restaurantes los primeros 12 meses – la apertura más rápida que había hecho McDonald´s hasta ese momento en el mundo, nos convertimos en el mayor empleador de estudiantes universitarios en el país, desarrollamos 350 proveedores para McDonald´s muchos de los cuales exportaron desde Colombia sus productos y servicios a McDonald´s en otros países, nos convertimos en un modelo – subimos la vara a toda la industria de restaurantes de servicio rápido.
Hoy pienso diferente – me da tristeza que estos jóvenes en Lonavla piensen que lo que tiene de especial su maravilloso pueblo es el tener un McDonald´s. Hoy no soy anti McDonald´s – soy pro lo local. Hoy no como carne roja ni tomo gaseosa. Disfruto el arroz frito con Masala que como mientras escribo estas palabras que encontré en uno de los miles de lugares para comer delicioso en esta maravillosa India. Me gozo del excelente servicio y actitud con el que me lo prepararon y me lo sirvieron.
Hoy desmitifico los modelos foráneos a los cuales rendí tanta pleitesía en alguna época de mi vida, y ya no los veo tan perfectos; les descubro sus imperfecciones en el tuétano, en la intención, en la esencia, en la pertinencia, en el contexto. Y veo enorme mérito en modelos locales, en su autenticidad, en su emprendimiento, en su lucha diaria, en su capacidad de improvisar.
Pienso que los modelos locales pueden ser más limpios, más confiables, mas sistémicos – sin perder su originalidad. Pienso que esos dos jóvenes en Lonavla, uno de lo cuales sueña con ser arquitecto y el otro ingeniero, pueden ser arquitectos e ingenieros de su destino descubriendo en su país y su ciudad los modelos locales dignos de mostrar alrededor del mundo. Desde el “fudge” de chocolate con nueces y dulces duros de Lonavla hasta el contar con un sistema religioso – cultural – social cuyos orígenes datan 40 siglos y es profundamente incluyente con otros sistemas. (Antes de conocer los jóvenes estudiantes, conocí un ingeniero que desarrolla software y me obsequio una caja con el fudge con walnuts!)
Pedro Medina @yccpedro, Dic 21, 2014 Lonavla, India
Me ha gustado tu post mucho. Un saludo.
Ya era hora que alguien dijera esto! la pleitesía que los jóvenes indios tienen por lo extranjero es lo que los tienen mal! por qué no hacer un Yo creo en India… pero en India, no en el resto del mundo.