«No fue fácil estar en la ciudad de Mumbai el día de los ataques.
A las 3 p.m. la hermana menor de mi esposa estaba en Colaba, área en la cual se concentraron los ataques. Es más ella se encontraba en el famoso café Leopold, dónde también algunas personas horas más tarde perdieron la vida. Aquel era un día normal, como aquellos que solamente se pueden vivir en Mumbai, aunque ningún día es igual a otro. Ella, gracias a la vida, llegó a casa hacia las 5 p.m.
A las 6 p.m., la noticia corrió como fuego en el bosque. La realidad era que el ya famoso y tradicional Hotel Taj Mahal, cercano a la Puerta de India (Gateway of India), habia sido tomado por un grupo extremista. Al mismo tiempo el Hotel Oberoi. Minutos más tarde miembros del mismo grupo se tomarían la casa judía llamada «Colaba House», tomando a varios líderes judíos como rehenes. Y tal vez una de las atrocidades más grandes cometidas aquel día fue cuando 2 miembros de este grupo se hicieron presentes en la estación «Churchgate» y encendieron fuego a todas las personas que estaban en la estación indiscriminadamente.
Los estragos se hicieron evidentes, el Taj Mahal habia incendiado en varias habitaciones. Supe de noticias trágicas como la del Gerente del mismo hotel, quién en un acto de valentía y solidaridad con sus empleados y huéspedes, perdió a su esposa e hijo, pues al ayudar a salir a varios del hotel, su familia pereció por el humo de los incendios. Mientras que otros seguían vivos, y su único medio de comunicación eran los mensajes por celular, de esta manera no levantaban sospecha alguna de sus intimidadores.
El Hotel Oberoi pasó por los mismo problemas. En ambos sitios varias personas perdieron la vida, y como la muerte no distingue sexo o posición social, murieron trabajadores así como multimillonarios europeos huéspedes de estos hoteles.
El hecho que causó una mayor conmoción fue en el momento en que se confirmaba la muerte de líderes judíos en «Colaba House». Solo un bebé, hijo del líder del grupo y que gracias a la astucia de la empleada del servicio, logró salvarse, pues ella logró huir con él.
Fueron horas de espanto y horror. Toda una ciudad de 20 millones de habitantes estaba paralizada, sorprendida y consternada. Fueron claras las evidencias de la lenta reacción de las autoridades frente a los ataques. Los servicios especiales llegaron muy tarde, cuando ya muchas vidas se habian perdido. Además, se confirmó que los atacantes habían entrado por el mar, burlando todas los sistemas de control. Fue devastador!
Los días siguientes a los ataques se caracterizaron por los debates políticos, especulaciones, etc. Para mí, como Mumbaikar-Expat, fueron algo limitados, pues por las redes de contactos de otros expatriados se nos informaba que no salieramos por las calles al menos por unos pocos días, pues habían evidencias de posibles ataques. La verdad nunca pasó.
Luego de esto me impresionó aún más cuando unos días después se organizó una marcha en contra de lo sucedido, y fue increíble ver la multitud de personas que se reunieron en el «Gateway of India», lugar de los ataques al Taj Mahal para rechazar estas acciones y dejar claro el mensaje de No-Violencia permaneciendo unidos por varias horas. Parecía como la declaración de un desafío contra aquellos que mataron a tantos aquel día.
Sucesos como estos no deberían pasar. Pero también debemos aprender de los Mumbaikars que se agolparon para protestar en contra de hechos tan macabros. Cómo diría un buen amigo mio de la comunidad India aquí en Bogotá «Colombia es hermoso, me encanta. Lo único que ustedes deben conservar es la Paz». Y no se nos olvide que la Paz es un BIEN que todos merecemos.
Cristhian Salamanca»