Haber vivido por varios años en la ciudad de Mumbai, me permitió experimentar su sociedad como un ciudadano de a pie. Una gran urbe en la que viven unas 20 millones de personas. Llena de contrastes, que bien puede parecer un collage, aquella técnica de producción de arte, en la que la obra se hace de un conjunto de formas diferentes, creando así un nuevo conjunto. Eso es Mumbai.
Es en medio de esta ciudad, en la que aparecen unos curiosos señores vestidos de pijamas blancas, con un gorro Gandhi (aunque en realidad lo usaba Nehru, el Primer Ministro), llevando lo que parecen ser unas loncheras, a veces en cajas de madera, otras en bicicleta, como entregando domicilios. A ellos que se les ven todos los días, llevando portacomidas se les conoce como Dabbawalas, que quiere decir «repartidores de las cajas de almuerzos». Uno de los milagros de Mumbai.
Los Dabbawalas son una comunidad de 5000 repartidores semi-iletrados. Cada mañana, ellos entregan comidas calientes desde las cocinas de las amas de casa a las oficinas de sus esposos, y luego regresan las loncheras vacías de vuelta a las casas por la tarde. Durante 125 años, y con la característica de ser esta una profesión hereditaria, han proporcionado a los Mumbaikars el delicioso sabor de la comida casera en la oficina. No en vano uno de sus principios dice que «la comida prepara en casa brinda alegría divina».
La historia y el método de entrega de los Dabbawalas, han sido analizados por prestigiosas universidades como Harvard, o empresas de renombre como Fedex, incluso, el Principe Carlos les visitó e invitó a su matrimonio. Pero ¿por qué?
Al estudiar sobre los Dabbawalas, descubrí que su labor diaria, se traduce en la realización de 400 mil transacciones diarias (200 mil entregas y 200 mil recogidas), en un periodo de 3 horas, en un rango de 60 kms, con un margen de error de 1 en 6 millones, considerado un ejemplo Seis Sigma. Sumado al hecho de que no usan tecnología para llevar sus registros, a excepción de libros contables, y a que tampoco usan medios de transporte que contaminen, como el tren, que es eléctrico, y bicicletas, a través de caóticas calles – que a menudo tienen un homónimo o más de un nombre. Los Dabbawalas, aunque semi-iletrados, utilizan un sistema de codificación compleja de colores y símbolos para entregar las dabbas (loncheras) en el gran laberinto que es Mumbai.
Yo usé su servicio varias veces, y por un precio mensual de 200 rupias, todos los días recibí mi almuerzo durante un mes. Siempre puntual. Siempre caliente y de buen sabor. Aunque claro, ellos no lo cocinaban, sino que pedía a un proveedor local que preparaba la comida y el enviaba a través de ellos.
Es en este contexto que surge «The Lunch Box» de Ritesh Batra, una historia que se teje por medio del servicio de los Dabbawalas en la caótica Mumbai, en la que se propone un sencillo argumento: que pasaría si se entrega por error una de estas loncheras en otra dirección, llegando a otro destinatario. Este error termina conectando a una ama de casa – Ila Vaid, con Saajan Fernandes, un hombre solitario en el crepúsculo de su vida. Ila vive en Kandivili, el enclave hindú de clase media conservadora. Y Saajan vive en la aldea de Ranwar, Bandra, un antiguo barrio cristiano que se ve amenazado por los nuevos rascacielos de Mumbai.
Muy pronto Saajan se retirará y dirá adiós a la ciudad de Mumbai que aplastó sus sueños, se llevó a sus seres queridos, uno por uno, y lo volvió de pelo blanco. Justo en ese momento Ila entra en su vida. En la gran ciudad, que aplasta los sueños y los recicla todos los días, ambos encuentran un sueño para mantenerse vivos. Ellos intercambian pequeñas notas en la lonchera y crean una vida de fantasía. A medida que la lonchera va y viene, esta fantasía se vuelve tan complicada que amenaza con abrumar su propia realidad.
Los personajes de «The Lunch Box» existen en la delgada línea de la realidad y la fantasía de Mumbai. Al final, llegan a una encrucijada en la que deben elegir entre los dos mundos. «The Lunch Box» es una historia de nostalgia y de esperanza para el futuro y, sobre todo, de los pequeños placeres de la vida que necesitan nuestra atención.
Por lo anterior, la llegada a los cines en Colombia de la galardonada película «The Lunch Box: Los Sabores del Amor» de Ritesh Batra, que se estrenará en el próximo 14 de Agosto en Colombia, no debe pasar por alto. Es una película impecable, con una buena historia que llega a lo profundo del corazón y que mantiene una excelente calidad de producción. Además es lo que por mucho tiempo se ha estado esperando, el hecho de ver y disfrutar películas de India en la pantalla grande.
Con motivo de la ocasión, Amigos de India en asocio con Babilla Ciné, tendrán una gran Premiere Exclusiva el 13 de Agosto en Cinema Paraíso, para todos sus seguidores a las 7:00 p.m. y a un precio especial (más información sobre la premier aquí).
¡No te la pierdas! No hay nada más emocionante que ver cine de India en pantalla gigante. ¿O si?