Ser mujer india en Colombia

En la última década hemos vivido, compartido, trabajado y lidiado con la cultura India en Colombia, al tiempo que asumimos nuestras propias contradicciones, así como nuestras fuertes diferencias. Las expectativas de la sociedad colombiana hoy día, se basan en una educación secular, de una racionalidad por encima de la devoción, auto-realización antes que una vida tradicional con pareja e hijos. Se espera que logremos lo anterior, siendo mujeres independientes, profesionales, autónomas, trabajadoras; y es algo de lo cual sentirse orgullosas como mujeres occidentales, donde incluso las mujeres son dueñas de sus cuerpos y aspiran vivir su sexualidad con libertad. Pero la mayoría de las veces, sólo apreciamos lo anterior o las reevaluamos cuando somos presentadas ante los ojos de otra cultura.

La globalización nos tomó por sorpresa a algunas y por casualidad a otras. Los valores morales poseen la tendencia a igualarse en la sociedad global y hay que estar preparada para lo inesperado. Y lo digo porque podríamos ser algo liberales para la cultura India y todas sus religiones. Hace un tiempo vi la película “English Vinglish”, y aunque la historia es interesante respecto a una mujer que en secreto supera sus propias estrecheces sociales, fue justo cuando conocí a alguien con una experiencia parecida aquí. Este país, Colombia, también tiene contradicciones como India; pues a pesar de tener una Constitución y leyes amigables con la mujer, también abundan las noticias sobre abusos sexuales colectivos y otros daños en nuestra contra. Hemos obtenido un reconocimiento legal pero aún continuamos en el proceso de aprendizaje por el respeto mutuo entre géneros. Lo que aquí se discute no son las contradicciones de ambas sociedades, sino que debo hacer justicia pues conozco mejor mi cultura y su sociedad a la cual podría criticar mejor. Y por el momento, en mi posición como mujer educada y académica, es lo más conveniente.

Conocí a Poonam, a Supriya, Neha, Rochelle, y todas estas mujeres de India con las que he aprendido mucho. Ya sea ellas como extranjeras o yo visitándolas a ellas, algunas me han enseñado a cocinar, a hablar Hindi, algunos valores y costumbres; algunas están casadas y otras solteras. Pero estas relaciones me hicieron confrontar mi propia cultura, mis logros pero también la incertidumbre igualmente de mi condición, así como la incertidumbre del género masculino.

Colombia al comienzo no fue un país fácil para ellas, pero terminaron apreciando las ventajas que como mujeres pueden tener, empezando por los mismos derechos civiles y condiciones sociales; y por supuesto, la apertura hacia la vida laboral, la inmensa responsabilidad como esposas, amas de casa, y madres al mismo tiempo!! Ellas pudieron haber sentido los mismo que Shashi, el personaje de la película, pero demostraron ser fuertes y valientes para lidiar con nuestra sociedad sin olvidar quienes son, ni sus roles familiares. Eso es ser valiente.

Pero a través de ellas, también pude ver lo que la libertad ha traído hoy día a nuestros hombres; hoy día los varones temen al cambio, la mayoría expresa estar de acuerdo con la igualdad de género, porque los ha liberado de la total responsabilidad de sostener un hogar por sí mismos. Pero al mismo tiempo, se hace difícil para ellos llevar su rol masculino, porque occidente nos ha enseñado a las mujeres a construir un nuevo modelo de nosotras mismas, pero no ha enseñado lo mismo a los hombres, por lo que ahora son ellos el “sexo débil”. Es así como hicimos un giro de 180 grados. Como resultado, una mujer inspira más confianza cuando busca trabajo, pide un préstamo bancario, acude con la policía y demás autoridades, o cuando accede a subsidios del Estado. Todo esto es respaldado por una política de género que beneficia a las mujeres por encima de los hombres, debido además, a nuestra historia de violencia social y conflicto armado, donde las mujeres han sobrevivido como huérfanas o viudas, y se vieron obligadas a asumir el rol de mantener por sí solas sus familias. Es así, que con todo lo anterior, nuestra sociedad se ha visto obligada a cambiar y volver sus políticas sociales hacia nosotras, y se ha vuelto común ver además, -con el apoyo de las leyes- ser madres solteras, profesionales solteras, y más allá, en un aumento de los divorcios y matrimonios de corta duración. En 2012, alrededor de trece mil parejas solicitaron separación o divorcio. Y si aún se mantienen malos matrimonios o uniones, se deben al miedo por permanecer económicamente desprotegidas o solas. Sólo podemos decir que algunas relaciones se mantienen estables por amor.

Otro aspecto adicional de nuestra sociedad, es el inmenso poder que han obtenido las personas no heterosexuales al hacer apropiación legal de su condición, como una dictadura de minorías. Ser lesbiana, homosexual, transgénero o bisexual está bien visto, incluso está de moda, y alentamos a las nuevas generaciones a reconocerlo en el diario vivir. Las viejas generaciones y la mayoría de los ciudadanos de India considerarían esto como indignante, pero aquí es normal. Estas personas portan además, altas posiciones sociales y políticas en el país, en el sector público y privado.

El individualismo se vuelve norma, y si una pareja contrae matrimonio, lo que comúnmente se dice no es “felicitaciones” sino “buena suerte”. Y es ahora, como esta misma globalización que nos trajo el individualismo nos permite descubrir India, así como las relaciones amorosas binacionales. El idioma Español puede ser un problema, pero en ciertas áreas se da el bilingüismo. No estoy en condición de opinar si estamos en el camino correcto, pero ciertamente, sí puedo decir que es incierto, y soy pesimista. Económicamente estamos creciendo y ofreciendo oportunidades para los inmigrantes, pero ellos deberán conocer nuestras condiciones; y por ahora, pinta como un país amable para las mujeres, y muy bueno para las mujeres de India, pero tal vez no seamos la mejor influencia para sus hijos y esposos, si es que se desean conservar las tradiciones. Pero ¿por qué?, bueno, releamos todo de nuevo y pregúntense: ¿Aceptarían ese continuo llamado de continuar la vida con nosotros? ¿Aceptarían nuestras tradiciones y costumbres con estos nuevos valores occidentales? Si se siente frustración en el matrimonio, se dejaría llevar por nuestra tendencia a la separación? Podría asumir el rol de ama de casa y de mujer trabajadora? Las respuestas están en ustedes.

Un comentario en «Ser mujer india en Colombia»
  1. El articulo es bueno, pero nada que ver con una mujer India, hiciste una relacíon de comparaciones, de cultura tradiciones etc, Por lo general la mujer de India que sale de su país, la mayoría son profesionales, cuando estan sólas, y las que son casadas salen con su pareja, que obviamente es profesional, los únicos que salen sólos y problamente sin preparacón son los hombres, ya que últimamente se han dedicado a buscar pareja por internet, corren con suerte que la enamorada de cualquier país les manda el pasaje, llegan al país algunos se casan para salir de India, otros mas tradicionalistas, gozan sus dias de turistas y se van. Hay 2 mujeres de India no las conozco directamente, sólo por internet, me han contado que vivir en Colombia es lo mejor que les ha pasado, aqui han podido compartir sus especializaciones, sus tecnicas, porque esto en India es dificil

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