Es probable que por mi condición académica hace mucho le estuviera debiendo a los diferentes seguidores del tema de India un artículo que hablara sobre cómo realmente nos ven los indios a nosotros, los colombianos. Hemos conversado, escuchado, opinado y hasta entrado en el chisme sobre cómo vemos a los indios en Colombia, y muchísimo. Así que insistir en el tema es hablar más de la cuenta.
Esencialmente, y con base en años de experiencia estudiando, trabajando, viviendo, cocinando y hasta llorando con indios y colombianos, los indios no nos conocen. Del mismo modo que creemos conocerlos por medio del prejuicio de quienes han estado como turistas. Somos una república aún pequeña, de relativamente poca población y nuestra mala fama no les ha llegado tan lejos como a Europa, un temor nuestro generalizado, y por eso el reto de dar a conocer y difundir nuestra cultura en India, de lo cual ha habido registros interesantes. Ser indio es una postura, ser colombiano es otra. No hace mucho tiempo cayó en mis manos, por cortesía de un amigo, un libro escrito por Devdutt Pattaniak, “Business Sutra”. Definitivamente me amplió mi concepto sobre cómo hacer negocios con el país, y cómo en especial, mejorar mis relaciones conmigo misma para con ellos. Mi primer contacto llegó en 2008 cuando fui solicitada como adaptadora cultural, para una empresa de India, pero años atrás estaba encargada de la docencia de artes escénicas y ciencias sociales, por lo que la cultura de India era parte del programa académico así como del
conocimiento de la trinidad religiosa hinduista y el sistema de castas. Para cuando asumí como adaptadora, llegó la oportunidad de aplicar lo “mínimamente” aprendido, porque no importa cuántos años de aprendizaje tengas, siempre India y los indios te van a sorprender. Pero tú a ellos no.
Mi anterior afirmación se debe a que los colombianos estamos enseñados a ser “de una sola pieza”, de entablar un punto de vista, y una misma coherencia con nuestros actos, y damos por sentado principios como la buena fé, la cortesía y los buenos modales, a pesar de uno que otro incidente debido a nuestra propia indisciplina y falta de ética pública que incluso nos ha llevado a pagar multas sino una amenaza de deportación. La tendencia general del colombiano promedio es a estar prevenido, a cuidarnos de todo y de cualquier cosa, y muy común, una actitud de no vivir muy relajados, a pesar de que queramos llegar a India a relajarnos y untarnos de algo de su espiritualidad.
Durante mi trabajo, conocimos con algunos indios a muchos colombianos, entre ellos una persona que acostumbraba a presentarse con sus nombres y apellidos completos, y a buscar la más estricta confidencialidad en el diálogo y la intimidad excluyendo lo máximo posible a otras personas, por dar un ejemplo. Conocimos otra que le parecían extrañas las relaciones de género entre los indios hombres y sus modales, y a otro que le importaba beber para pasarla bien. También conocimos personas académicamente muy bien preparadas, con actitud de servicio, excelente nivel de Inglés, muy enterados del ámbito internacional, así como algunas mujeres, encantadas desde el comienzo con el tema de conocer el país con una emoción comparable a la de una adolescente que sale de rumba la primera vez con un actor de bollywood. Todo esto nos permitió dar un perfil de cómo somos los colombianos.
Pero aún no se responde totalmente a la pregunta, ¿cómo nos ven los indios a los colombianos?
Oh pues somos bastante curiosos, hacemos muchas preguntas, siempre queremos estar informados, y no dudamos en expresar nuestras emociones, pero en especial, nuestras prevenciones con respecto a algunos aspectos de la cultura que van en contra de nuestros modales occidentales, por ejemplo, el uso del baño, la forma de comer, de rezar, y por supuesto, de hablar en Inglés. Es cierto aquello que dice que entre más sabes te das cuenta que cada vez sabes menos; y el problema con nosotros es que entre menos sabemos de India y los indios, más indiscretos podemos llegar a ser, en insistir imponer nuestros modales y línea de pensamiento occidental como si fuera la “correcta” porque “así es la globalización”. Gran error. Aunque siempre se respetará en India cualquier punto de vista, que nunca se nos ocurra imponerlo. Pues a donde fueres, haz lo que vieres, dicen también por ahí. Los colombianos para los indios, somos selectivos, a veces poco arriesgados, muy enfocados en la economía del desarrollo a partir del capitalismo… y a menos que sea una persona leída, poco o nada sabe quién es Amartya Sen, Sonia Gandhi, las diferencias entre cada estado y cosas como preparar las variedades del “dudh chai” y el estilo “masala”, aunque todo eso, de la manera más cortés se nos enseñará.
En general, con lo más prevenido que somos es con el picante de las comidas y la rutina de ir al baño, como niños pequeños, y hemos olvidado mucho de nuestro pasado campesino, y eso se nos recuerda en India: comidas en casa y el regateo en las calles para casi todo. El colombiano promedio sabe casi que solamente tres cosas de India: Mahatma Gandhi, el yoga y el sistema de castas; y si eres aficionado a bollywood, los nombres de algunas películas y artistas del cine. Así que en general, no sabemos casi nada. Y como no tenemos trenes y sólo un metro, pues ya se imaginarán lo mucho que nos falta aprender de la vida cotidiana.
A pesar de nuestra ignorancia e ingenuidad respecto al país hay cosas que un indio, si tiene la oportunidad, valorará enormemente en un colombiano. Somos gente confiable, somos gente a la que un indio puede acudir para confiarnos sus preocupaciones, encontrar un amigo, y claro, siempre poder beber un café bien preparado por nosotros, sin importar su origen. Sólo con eso, nos extrañan.
Creemos tenerla verdad pero solo en la convivencia con la gente India en sus espacios, increiblemente sorprenden con su amabilidad y curiosidad hacia el colombiano. Aprendí a comer con la mano, soportar el nivel de picante y disfrutarlo como ellos y entrar al baño. Todo esto porque me prepare y confíe en la cultura de mis queridos amigos indios… Amo la India y una parte de mi corazón sigue allí esperándome. Consejo para mis compatriotas aprendan historia y cultura India para entender un mundo totalmente diferente al nuestro.