La comunicación sin trabas es la obsesión de nuestra época moderna. Nuestras mentes más brillantes trabajan incansablemente para conectar a los ciudadanos de todas las naciones, de todas las capas sociales. La facilidad de los medios de comunicación social, se ve ahora como un derecho de nacimiento, incluso por aquellos que, hace apenas una década, eran reacios a realizar compras en línea. Y, por supuesto, nuestras tabletas y los teléfonos celulares se han convertido en extensiones intuitivas de nuestro cuerpo. Y puesto que los seres humanos han desarrollado este vínculo emocional con la tecnología, tiene mucho sentido que una descarga de la energia de la batería inspire una respuesta emocional.
Esto fue lo que le sucedió a Eesha Khare (19) de Saratoga, California y ciudadana de origen indio -finalista en el Intel International Science and Engineering Fair (ISEF)– cuando estando fuera de la casa, la batería de su celular murió y no había manera de contactarse con sus padres. Incapaz de encontrar una fuente de energía, tuvo que localizar un teléfono público, que no es tan simple hoy en día. Esta pérdida de energía móvil creó una realidad de atemorizante para Eesha; la conectividad es algo que ella había dado por hecho. En ese mismo momento, decidió hacer algo acerca de la energía de su dispositivo móvil.
Hija de un ingeniero y una bióloga, Eesha ha estado fascinada por la ciencia para toda su vida. Este dilema del dispositivo móvil era precisamente el tipo de desafío que había estado buscando, una que le permitiera explotar su cerebro, para aprovechar al máximo la potencia de cálculo de su tecnología, y para hacer frente a un problema que podría servir a millones de personas como ella.
Eesha es la desarrolladora de un dispositivo llamdeo el supercondensador de almacenamiento de energía, una fibra de carbono con óxidos de metal -principalmente diferente dióxido de titanio y polianilina- que utiliza la nanotecnología para maximizar el área de superficie del dispositivo. Este recarga los dispositivos móviles mucho más rápido de lo que la tecnología anterior ha permitido, y tiene la capacidad de cargar por muchos más ciclos. Su innovación podría ser aprovechada no solo para cargar los teléfonos celulares y tabletas; hacia abajo de la línea, potencialmente podría recargar coches.
Este es un ejemplo de un «jugaad» moderno. Pero… ¿qué es Jugaad?