24 de febrero 2010: Una nación entera estalló de alegría cuando Sachin Tendulkar se convirtió en el primer jugador de cricket en anotar un doble cien (200 carreras) en un ODI (One Day International). En 2961 juegos anteriores de cricket, nadie había sido capaz de pasar la marca de 200 carreras.
La siguiente es una historia que a Navjot Singh Sidhu, un ex jugador de cricket indio convertido en político, le encanta contar. Mientras el mundo se levanta para saludar a un jugador de críquet verdaderamente excepcional, este pequeño cuento explica, probablemente, y en una pequeña medida, la realización de un genio. Un gigante entre los hombres. La pequeña leyenda.
Era Diciembre de 1989 en Sialkot, Pakistán. Fue el cuarto partido de Prueba (Test) de la serie entre la India y Pakistán. Y, como sucedia, era sólo el cuarto partido (Test) de la iniciada carrera de Sachin.
Haciendo su debut a los dieciséis años, el niño con cara de querubín con cabellos hondulados, Sachin, ya había ganado admiradores, y era visto como un talento precoz. Sin embargo, varias jóvenes estrellas ya habían brillado brevemente en el firmamento del cricket de la India y luego se desvanecieron, siendo una gran injusticia a sus enormes talentos. Desechados en su camino al exito por un problema de falta de visión, no teniendo en cuenta sus talentos como reservas de respaldo hacia el futuro de este deporte. ¿Pasaría lo mismo con Sachin?
La serie se encontraba 0-0 después de tres partidos (Test). A pesar de tener una ventaja de 65 entradas en el cuarto partido. Pakistán devolvió el golpe con fuerza a través del juego de Waqar Younis y Wasin Akram, reduciendo la India a 38 carreras por 4 wickets (postigos) en su segunda entrada. India de repente estaba mirando fijamente a la derrota, con lo cual perderían la serie.
Fue este el momento en que entró Sachin para unirse con Sidhu, otro de los jugadores del equipo de la India. Profesionales con experiencia como Sanjay Manjrekar y Kris Srikkanth, Mohammad Azharuddin y Ravi Shastri habían encontrado el ataque Pakistán demasiado díficil de manejar y estaban de vuelta en el pabellón. ¿Cómo le hiría a este nuevo muchacho?
Waqar, jugador de Pakistán, lanzó la pelota tan fuerte que fue a dar justo en la nariz de Sachin. El pobre muchacho estaba muy afectada y su nariz comenzó a sangrar profusamente. Fue un triste espectáculo en la televisión, y la mayoría de las mujeres que miraban estaban convencidas de que debía haber una ley para prevenir que un chico de dieciséis años de edad, fuera sometido a tanta brutalidad.
Cuando el fisioterapeuta del equipo indio se apresuró a ofrecer primeros auxilios y los paquistaníes se reunieron para ver el sangriento espectáculo, Sidhu recuerda estar caminando hacia un sacudido y sangrado Sachin. A medida que el fisioterapeuta trató de detener la hemorragia, Sidhu le sugirióa a Sachin que debía retirarse herido y regresar después. Esto le daría tiempo para recomponer su nariz, recuperar la compostura y volver al ataque. «Vé y toma un descanso» dijo Sidhu. Él temía que este podría ser el final de otra carrera prometedora.
«Entra, y te atiendo» -dijo el médico.
Pero Sachin se les apartó, casi molesto ante la sugerencia de dejar el juego. «Main Khelega», dijo. «Voy a jugar». Y fue en ese momento, dice Sidhu, había nacido una estrella. Esas dos palabras verbalizadas mostraron la feroz determinación de un joven que no iba a dejar de jugar.
Sachin podría haber entrado en la relativa comodidad de los vestuarios, pero no lo hizo. La gente que le miraba lo habría entendido, pero sabía que su corazón no lo entendería. El calor era intenso. India estaba en problemas. El ataque del otro equipo había hecho lo suyo. La sangre manchaba sus guantes, su camisa, su cara, su espíritu.
Pero el chico no quiso saber nada de esto. «Main Khelega» era lo principal. Ese día Sachin se anotó 57 carreras y ayudó al triunfo de su equipo con la compañia y asociación con Sidhu. Con dos palabras -main – khelega – su talento se transformó en genio, ese día en Sailkot .
Siempre es así. Lo que separa a los campeones de los mortales no es sólo talento. Es actitud. Es la fuerza mental. Es la voluntad de luchar cuando la suerte está echada. Es el espíritu «Main Khelega». El espíritu que pone el interés del equipo por delante del propio. «Main Khelega» dice que no se trata sólo de mí, sino de mi equipo.
Hay momentos en nuestras vidas cuando la presión aumenta y queremos tirar la toalla y poner punto final. Ese es el momento en que usted debe ponerse de pie y decir aquí estoy. Es hora de decir «Main Khelega».
Como líder, a menudo se puede sentir que el mundo está conspirando para darle una paliza. Usted puede estar buscando ganar, pero la derrota se presenta delante de usted mirándole fijamente a la cara. En momentos como estos, todo un líder busca los pocos buenos hombres de su equipo. Busca aquellos que dicen «Main Khelega». Y ese espíritu es contagioso. Solo se necesita que un hombre levante su mano, y otra mano se levantará. Y otra. Y así un equipo comienza a creer en sí mismo. En su capacidad de luchar y ganar.
NOTAS:
Sachin Tendulkar se retiró el pasado 16 de Noviembre luego de partido Test número 200.
Partes del texto tomadas del libro: The Habit of Winning