La reivindicación y las contradicciones de género… cuestión de respeto

La nueva India significa hablar de cambios y de transformaciones, y entre todas estas cosas, no se puede dejar por fuera la reivindicación del género femenino y la urgente adaptación del género masculino en ambos paises. Colombia es uno de los muchos países del mundo donde existen oportunidades y garantías constitucionales para una equidad de género, pero la ley no transforma la costumbre y tampoco en India. Y a veces, la costumbre hace la ley. La despenalización de la bigamia en Colombia es ejemplo de lo anterior y con nuestro actual hacinamiento carcelario, ¡nada más imaginen! India lleva más años que Colombia en destacar las mujeres que le han aportado a la construcción del género femenino, pero como todo país de contradicciones, el camino es largo y aún hay episodios de situaciones que perjudican el estatus de lo femenino. La reciente denuncia de Storypick sobre la forma como la cultura India, las autoridades y Bollywood tienen una responsabilidad en la venta del cuerpo femenino como objeto sexual y de deseo así como la opinión de los hombres que sin ningún problema dicen tocarlas cuando tienen la oportunidad, dice mucho de lo que el país de las contradicciones necesita para evolucionar hacia una mejor concepción de lo femenino (http://www.storypick.com/damaging-truth-indian-entertainment-industry-doesnt-want-know/).

Celebramos la abolición en India de la homosexualidad como delito en 2008, pero se vuelve a penalizar precisamente por efectos de la costumbre. Sin embargo, en India las expresiones de los géneros son distintas de las orientaciones sexuales, y nos causan confusión. Es un error absoluto considerar que las expresiones andróginas en India son reflejo de la orientación sexual. Algunas de estas expresiones que serían consideradas en occidente como metrosexuales u homosexuales, no son tal cosa en la península, y a nuestros ojos se puede afirmar que no existe temor ni condena a la androginia. La diferencia es que en la India se condena la orientación sexual y nosotros no; y los colombianos nos atrevemos a lanzar críticas contra la androginia, cuando de hecho, la androginia es la mejor forma de conectarse con la condición humana y desempeñarse en roles que requieren simultáneamente de liderazgo y calma, proactividad y cuidado, agresividad y pasividad, protección y afecto. De nuevo las contradicciones androginia vs. homosexualidad. La validez en ambos países en diferente. Pero el aprendizaje debe ser mutuo, nosotros aprender a aceptar la androginia, y ellos la igualdad de género. Los hombres indios desempeñan todos los roles posibles, mientras las mujeres, se quedan en casa – aunque no todas -. Ahora les está llegando el turno a ellas con más frecuencia que antes. La globalización va también con cambios en las relaciones entre los géneros. Pero atención, sólo dos géneros por el momento. El transgénero bajo un reconocimiento de igualdad es aún occidental y de algunas sociedades del sudeste asiático, no de India. Pero hasta hace unos 20 años no era tampoco nuestra. Las “hijras” hace poco acaban de ser consideradas como un tercer sexo válido jurídica y políticamente (http://time.com/63801/men-women-and-hijras-india-recognizes-third-gender/), pero aún no sabemos cuánto puede durar esto, porque la costumbre aplica que son seres inferiores, despojadas de dignidad y propiedad, de apellido, no tienen nada y lo único que pueden darte son sus bendiciones y una foto con los turistas.

Así que India debe ir despacio. Veremos qué pasa en un año. Y veremos luego de la época electoral qué pasa, y ojalá no provean a las mujeres con cuchillos y otras armas, porque ya equivocadamente se ha hecho. Un paso adelante para las mujeres indias en su autorreconocimiento en igualdad ante los hombres desde lo político y lo jurídico, -nunca desde lo biológico -, se viene dando gracias a los medios de comunicación. Hoy más que nunca salen a la luz eventos y situaciones que antes no tenían mayor atención en los medios internacionales sobre este país: los abusos y discriminaciones en contra de las mujeres. Por eso la denuncia de Storypick no debe hacerse a un lado. India está aprendiendo a diferenciar el sexo del género, es decir, a separar el hecho de ser mujer-condición biológica- de una asignación cultural del género. Es difícil la emancipación cuando lo femenino está ligado a un cuerpo y cuando las tradiciones siguen presentes con fuerza, lo mismo que los abusos como un ejercicio social natural. Mucho se ha logrado, pero mucho existe aún por vencer. Sin embargo, es más fácil encontrar información y artículos que resaltan el poder y la influencia de la mujer en India que en Colombia, sólo por dar un ejemplo en el sitio Business Today: http://businesstoday.intoday.in/powerful-businesswomen/#photo1.

Muchas indias son ejemplo para todos los sectores de la economía y la sociedad. De nuevo, un país de contradicciones, una mujer pudo haber firmado un acuerdo comercial que llevará la empresa para la que trabaja al éxito, y de vuelta a casa ha sido manoseada varias veces. Es lindo gozar de la protección masculina, de la cortesía y la condescendencia positiva, pero es también incómodo que se restrinjan nuestras libertades después de ciertas horas, ocultar zonas del cuerpo porque simplemente no está bien… además de contar con un vagón exclusivo en el metro, porque necesitamos protección, porque somos vulnerables; en apariencia está bien. La realidad es que no hay un patrón colectivo de crianza que instruya puntualmente que merecemos el mismo respeto y los medios de comunicación y el entretenimiento no ayudan para nada, y zonas exclusivas para las mujeres de manera indirecta significa que ser mujer es sinónimo de vulnerabilidad. ¡Tengan hasta ahí! Me opongo a imponer lo mismo en el Transmilenio, no es la clase de fantasía india que queremos las ciudadanas. Zonas exclusivas para mujeres en el transporte público no son la solución para la igualdad de género y el respeto por la mujer, sólo son una contención y sí una consolidación como ciudadanas de segunda, de nuevo, India nos enseña lo que no se debe hacer.

Volviendo a los medios de comunicación, el mundo entero está viendo lo que India como marca país nunca nos dice, que no es tan espiritual como la pintan, y con el fin de mantener el turismo y la fantasía que siempre la ha consolidado como exótica, el país ha debido ser laxo en el papel tradicional de la mujer, así como en dar un castigo más ejemplarizante en los casos de abuso sexual, que por cierto, son las noticias más ventiladas de este país en todo el mundo. Hace varios meses como protesta contra la reacción patriarcal respecto a la violación, salió un video que critica la culpabilidad de las mujeres luego de la violación: http://www.youtube.com/watch?v=bFbhND-7xwQ.

Lo importante es que India se está abriendo hacia unas nuevas construcciones de lo femenino, de libertad y equidad de género, pero debe también dejar a un lado el uso de la violencia física como mecanismo de defensa y el prejuicio respecto a que la mujer es responsable del abuso de la que es víctima, incluso dentro del matrimonio. Las consecuencias de la reivindicación no se han hecho esperar. Y aunque aumentan los divorcios, los matrimonios se dan a una mayor edad, y cada vez más mujeres van a la universidad. Y quienes estudian en la universidad son más aptas para comprometerse en matrimonio. Así que sólo se puede afirmar un “depende”, el desarrollo individual es importante, pero todavía el matrimonio sigue siendo un ideal. Cada vez la mujer encuentra más y mejores oportunidades laborales y cada vez es más aceptado que ella debe trabajar y tener igualdad de condiciones. Tenemos en común ambos países que aún continuamos en ese proceso, que también hay sectores que se oponen a esta apertura social, cultural y jurídica. Ambos tenemos muchas mujeres que se destacan en diferentes sectores de la economía, la cultura y la política. Pero también mujeres que han estado detrás de los grandes líderes del país, incluso antes de la independencia de España y del Reino Unido.

Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de su autor y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista Amigos de India.

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